lunes, 17 de junio de 2013

¡NO DEJES QUE NUESTRO FUTURO SE SEQUE!


 




La Asamblea General de Naciones Unidas designó en 1994, el 17 de junio como "Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía" (Resolución 49/115). Este día marca el aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas en la Lucha contra la Desertificación.

Se invitó a los Estados, a que dedicaran el Día Mundial a sensibilizar la opinión pública con respecto a la necesidad de cooperación internacional para así luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía.

El tema del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación de 2013 es la sequía y la escasez de agua. El objetivo de este año, es crear conciencia pública acerca de los riesgos que conlleva la sequía y la escasez de agua en las zonas áridas y en el resto del mundo, llamando así la atención sobre la importancia de asegurar la salud del suelo como parte de la agenda post Río+20 y de la agenda post-2015 para un desarrollo sostenible.



El eslogan de este año incita a que todos actuemos y promovamos la preparación y la resistencia frente a la escasez de agua, la desertificación y la sequía. Nos trae el mensaje de que todos somos responsables de la conservación del agua y del suelo así como de su uso sostenible y que hay soluciones frente a estos importantes retos.

 La desertificación afecta a más de 110 países y cada año se pierden 6 millones de hectáreas de tierra productiva. Según Ecologistas en Acción en España, el 40% del suelo esta amenazado por los procesos de desertificación, pero a pesar de ello, el Ministerio de Medio Ambiente ha sido incapaz de detener la desertificación, principal obligación contraída por el Gobierno español tras firmar, en 1996, el Convenio de Lucha contra la Desertificación.

España se encuentra a la cabeza de los países desarrollados afectados por la desertificación. Uno de los principales factores desencadenantes de esta situación es la erosión o pérdida de suelo fértil. El 42% del territorio español, 21 millones de hectáreas, está sometido a procesos de erosión que superan los límites tolerables, (pérdidas de suelo de 12 toneladas por hectárea y año) y el 12%, 6 millones de hectáreas, está sometido a erosión muy severa, con pérdidas de suelo superiores a 50 toneladas por hectárea y año. Para el conjunto del Estado se calcula una pérdida total anual de suelo de 1.156 millones de toneladas. Si se tiene en cuenta que la tasa de formación de suelo varía entre 2 y 12 toneladas por hectárea y año, se reparará en la magnitud del problema. Las zonas más afectadas se encuentran en Andalucía, Castilla-La Mancha, Levante y Murcia.
 Entre los principales factores que desencadenan esta situación se encuentran la explotación insostenible de los recursos hídricos, causa de graves daños ambientales, incluidos la contaminación química, la salinización y el agotamiento de los acuíferos. Pérdidas de la cubierta vegetal a causa de repetidos incendios forestales. Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo de masas y la agricultura de regadío. La desertificación no es un problema aislado, sino que está plenamente relacionado con los cambios climáticos, la conservación de la biodiversidad y la necesidad del manejo sustentable de los recursos naturales. Los vínculos entre estos aspectos y los factores socioeconómicos son cruciales, pues la problemática de la desertificación es un síntoma de ruptura del equilibrio entre el sistema de recursos naturales y el sistema socio-económico que los explota. La Desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.
 
 
 
 
Para Ecologistas en Acción, las actuaciones en materia de protección de suelos deben tener como principal objetivo el desarrollo de una gestión sostenible de las tierras agrícolas, de los recursos hídricos y de la ordenación del territorio. Sin embargo, las políticas que lleva a cabo el Gobierno en materia agrícola, urbanística e hidrológica se aleja cada vez más de un modelo de desarrollo sostenible que pudiera prevenir la degradación de nuestras tierras.

Por tal motivo, la solución reside tanto en la concienciación como dar prioridad a políticas sostenibles.

http://www.ecologistasenaccion.org/article169.html

https://es.unesco.org/aspnet/d%C3%ADa-mundial-de-lucha-contra-la-desertificaci%C3%B3n-y-la-sequ%C3%ADa

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