miércoles, 27 de noviembre de 2013

La "esclavitud" del consumismo.


El “Día Mundial sin Compras” es una jornada de protesta contra el consumismo, llevada a cabo por activistas sociales el último viernes de noviembre de todos los años. Se celebró por primera vez en Vancouver (Canadá) en 1992 y la idea partió del artista Ted Dave, aunque fue posteriormente promovida por la revista canadiense “Adbusters”.

Con el “Día Mundial sin Compras” se intenta que la sociedad tome conciencia de lo que algunos ven como los hábitos de consumo derrochador en los países del primer mundo.

A lo largo de las últimas décadas el consumo de bienes, servicios y recursos naturales ha aumentado de forma exponencial a nivel mundial, ignorando la imposibilidad de crecer sin límites. Además este incremento ha disparado las desigualdades, siguiendo la llamada Ley de Pareto: el 20% de la población mundial consume aproximadamente el 80% de los recursos del planeta.

Frente a este escenario marcado por un modelo de consumo social y ambientalmente insostenible, cada día son más numerosas las iniciativas colectivas que promueven la reflexión crítica, denuncian los impactos y construyen alternativas para un consumo consciente, crítico y responsable.

El “Día Mundial sin Compras” reivindica, entre otras cosas, una crítica amplia y profunda al libre mercado, a las normas que rigen el comercial internacional y a las políticas alimentarias y, por lo tanto, se relaciona con los movimientos de apoyo al comercio justo, la agroecología y la economía solidaria, que se oponen al actual modelo consumista asentado sobre el agotamiento de los recursos naturales y el empobrecimiento de la población.

El “Día Mundial sin Compras” debe servir para que todos tomemos conciencia de que nuestras decisiones de consumo, sustentan este sistema y fomentan la destrucción medioambiental y agudizan las desigualdades económicas y sociales.

La alternativa se encuentra en promover un modelo económico y social que cubra las necesidades básicas de toda la población y que ponga freno a la destrucción medioambiental.

Carlos Martínez.

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