domingo, 11 de mayo de 2014

Chocolate agri-dulce

El segundo sábado del mes de mayo se celebra a nivel mundial el Día Internacional del Comercio Justo. Las organizaciones y entidades miembros de la WTFO (Organización Mundial del Comercio Justo) localizadas en 73 países organizan diferentes eventos con el fin de promover el Comercio justo y la justicia en el comercio.

El comercio justo es un sistema de comercio solidario alternativo al comercio convencional hace 60 años basado en la cooperación entre productores y comerciantes. Su finalidad es promover el desarrollo de las poblaciones y la lucha contra la pobreza. El comercio justo contribuye al desarrollo sostenible, mejorando el acceso al mercado internacional a aquellos productores más vulnerables, ofreciéndoles unas mejores condiciones y promoviendo el cambio de las reglas de comercio internacional, aportando unas mejores condiciones a los productores/as y trabajadores/as más desfavorecidos, iniciando una vía hacía la erradicación de la pobreza y la equidad comercial en el mundo. En este sistema participan agrupaciones del norte y del sur, con más de 130 grupos de productores de 36 países, 14 de Latino América, 11 de África y 11 de Asia. El comercio justo es considerado como una herramienta de cooperación internacional ya que, entre otras cosas, se centra:

- Mejorar las condiciones laborales y salariales de los productores de las zonas más desfavorecidas.

- Luchar activamente contra la explotación infantil.

- Promoviendo la igualdad tanto económica como laboral entre mujeres y hombres.

- Todo ello con un gran respeto hacía el medio ambiente, ya que los sistemas de producción se llevan a cabo mediante prácticas respetuosas con el medio ambiente.

Es un sistema de comercio centrado principalmente en los productores, formados principalmente por grupos de campesinos y artesanos, todos ellos pertenecientes a esas zonas más perjudicadas, normalmente representadas en países localizados al sur. Estos productores se organizan en cooperativas, asociaciones empresariales de carácter social e incluso pequeñas empresas familiares independientes, donde se elaboran distintos productos de manera natural y no invasiva que les permitirá vivir de manera digna y les ofrecerá cierta soberanía. Para ello deben cumplir una serie de requisitos, siendo evaluados por los organismos internacionales responsables de este sistema: la Organización Mundial del Comercio Justo (WTFO) y Fairtrade (FLO).

Este año el día mundial del comercio justo se celebrará con chocolate. Se ha elegido el cacao como ejemplo de los abusos e injusticias que se producen en el proceso de elaboración de muchos de los alimentos de consumo diario y que consolidan estas desigualdades sociales que conllevan pobreza. 

Costa de Marfil es uno de los principales productores de cacao, aquí los agricultores de cacao necesitarían cobrar 10 veces más por su cosecha para salir del umbral de la pobreza extrema, dato que contrasta con los más de 100000 millones de dólares que les supone a EEUU la venta de este producto al año, por lo que cabe preguntarse dónde repercuten realmente esas ganancias, teniendo en cuenta que el 60 % de la facturación de este alimento está controlada por cinco grandes empresas.

Otro de los puntos a tener en cuenta en la producción de cacao, sin duda el más oscuro, es el de la explotación infantil. Según estudios, se calcula que en África occidental participan en la cosecha del cacao unos 1,8 millones de niños y niñas. Actualmente en áfrica 284000 menores trabajan en el cultivo de este alimento y 12000 de ellos lo hacen en condiciones de esclavitud, llegando a superar las 12 horas laborables y sin ninguna medida de protección sanitaria. Aunque en el 2001, tras varias denuncias de diferentes organizaciones, las principales empresas del sector se comprometieron a eliminar las peores condiciones de trabajo infantil en sus plantaciones en el llamado “protocolo del cacao”, a día de hoy no se ha cumplido ninguno de los puntos del mismo.

Pero como el propio cacao, también existe una parte dulce. Lo alentador es que en este momento el 1 % del cacao producido en la actualidad proviene del comercio justo. Con el lema “bueno para quien lo produce, bueno para quien lo consume, bueno para cambiar el mundo” se quiere reivindicar y celebrar la apuesta por un comercio más sostenible y humano donde se ofrece al consumidor un producto de alta calidad y al productor una vida digna.


Rocío Carro

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